Recta final: ¡Un, dos, tres … momia es! – Francisco Orrego

Recta final: ¡Un, dos, tres … momia es! – Francisco Orrego

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Mientras las encuestas electorales muestran un resultado estrecho en favor de la opción Rechazo en el plebiscito de salida, el gobierno se despliega en un descarado intervencionismo electoral en favor de la opción Apruebo, en búsqueda de revertir un fracaso en las urnas. El propio gobierno se abrazó del resultado de la Convención y su texto constitucional, no obstante los recientes esfuerzos por desligarse de ellos. Difícil no entender el triunfo del Rechazo como un voto de castigo a la gestión del Presidente Boric.

Del entusiasmo inicial que despertaba en amplios sectores de la ciudadanía la llegada de una nueva generación de políticos de izquierda, rápidamente se comenzó a gestar un sentimiento de rechazo ante la incompetencia y soberbia de sus principales representantes. Mientras los errores y disculpas ministeriales se suceden diariamente unas a otras, la delincuencia, violencia y terrorismo se encuentran desatados en todo el país, ante la indolencia e inoperancia del Ejecutivo. La principal preocupación de los chilenos es el control del orden y seguridad pública y, en ello, la nueva Constitución despoja a nuestra institucionalidad de importantes herramientas. Un gobierno incompetente, con una Constitución que desprecia el orden público, pueden ser el detonante de una crisis mayor. Razón suficiente para rechazar.

A los errores en el manejo político del gobierno se suma una decepción mayoritaria en su gestión económica. La llegada de un ministro como Marcel fue visto inicialmente como una buena señal, pero hoy su manejo está comenzando a ser cuestionado entre los especialistas. Estamos entrando en un periodo de recesión económica, que algunos comparan con la de la década de los ochenta, y el ministro de Hacienda está envuelto en un silencio sepulcral. Se desconoce, hasta ahora, cuál será el plan del gobierno para enfrentar el ajuste que se viene. Hablar de una reforma tributaria en este contexto es revelador de una desconexión completa del gobierno con el mundo real.

Aunque las encuestas revelan un creciente número de personas que dicen haber leído el borrador de nueva Constitución, permítanme dudar de ello. Muchos ni siquiera han leído la Constitución vigente. Antes prefieren quedar como mentirosos que como ignorantes. En este sentido, lo que se mide en este próximo plebiscito no sólo es el “texto” en sí mismo sino que también la gestión del gobierno. El voto detrás del Rechazo reúne el interés de amplios y transversales sectores del país por castigar la incompetencia y soberbia del Frente Amplio y el PC, además de hacer los cambios constitucionales que el país requiere, respetando nuestra historia y tradiciones democráticas y republicanas.

Quedan pocos metros para llegar a la final del 4 de septiembre y observo con preocupación la tentación de algunos políticos, parlamentarios y ex convencionales de centroderecha -fruto de su incontinencia verbal- por salir de su cueva en defensa del Rechazo. Desgraciadamente, cada vez que salen -innecesaria e inoportunamente-, “pisan el palito” y le regalan a sus adversarios una buena razón para criticarlos. No caigamos en discusiones que serán propias del día después, como el mejor mecanismo para abordar los futuros cambios constitucionales. Es el momento que los partidarios del Rechazo estemos más ordenados y disciplinados que nunca.

En la recta final a varios les digo: ¡Un, dos, tres… momia es! No es el momento de cambiar estrategia ni de equivocarse. Apliquemos calma y tiza.

Concluyo con un sincero llamado a la prudencia y humildad para la noche del 4 de septiembre. En caso de ganar la opción Rechazo, al dia siguiente debemos avocarnos a trabajar codo a codo con quienes compartimos los valores comunes que nos permitieron salvar a Chile. Junto con ello, tender los puentes necesarios con quienes apoyaron la opción del Apruebo, para convocarlos a trabajar por una nueva y buena Constitución.

Francisco Orrego