Como presidente de la Comisión de Reconocimiento de la Condición de Refugiado por cuatro años, deseo expresar mi profunda consternación por el trágico destino de Ronald Ojeda. A pesar de haberse establecido su necesidad de protección por el Estado, lamentablemente fue secuestrado y asesinado en nuestro país. Extiendo mi más sentido pésame a su familia y a la comunidad afectada.
Reconozco la política de refugio de la actual administración como razonable y responsable, manteniendo una visión de Estado a lo largo de diferentes gobiernos. Pero es alarmante el creciente poder del crimen organizado en nuestra sociedad, caracterizado por la impunidad y la violencia, así como el tráfico de personas, fortaleciendo a grupos que atentan contra la convivencia pacífica, un flagelo que sería más grave de comprobarse el compromiso de otros países en estos hechos.
Es imperativo tomar medidas decisivas hoy. Resulta incomprensible la insistencia en otorgar visado a 180 mil extranjeros que ingresaron ilegalmente, registrados biométricamente, sin antecedentes penales y que han obtenido un contrato de trabajo o arraigo familiar. Estas políticas incrementan la presión en nuestras fronteras, evidenciado por los más de 100 mil extranjeros, principalmente venezolanos, que han ingresado ilegalmente en los últimos dos años, según datos de la PDI.
Además, es preocupante la postura del Presidente que, en lugar de mostrar solidaridad con Ronald, optó por blindar al PC. Por tanto, insto a los ciudadanos a examinar las acciones y declaraciones de los últimos cinco años, identificando las tendencias políticas y partidos que han abogado por una migración descontrolada y han obstaculizado medidas para una migración responsable como evitar expulsiones y limitar las acciones para minimizar los ingresos clandestinos. (El Mercurio Cartas)
Álvaro Bellolio A.
Ex director nacional de Migraciones