La incertidumbre volvió a acechar a la Casa Blanca ayer, cuando analistas e inversionistas expresaron sus dudas sobre si la administración de Donald Trump, quien llegó a la presidencia de Estados Unidos con planes de aumentar fuertemente el gasto en infraestructura y aplicar masivos recortes a los impuestos corporativos, logrará cumplir con sus promesas de campaña.
Ello, luego de que el partido republicano, que tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso, decidiera declarar oficialmente muerto el proyecto oficialista para derogar y reemplazar Obamacare, el sistema de salud que instauró el expresidente Barack Obama y que los conservadores estadounidenses han criticado duramente durante siete años.
Trump, que hizo del tema uno de los ejes de su carrera hacia la presidencia, se lamentó ayer a través de Twitter. “Fuimos decepcionados por todos los demócratas y algunos republicanos. La mayoría de los republicanos fueron leales, geniales y trabajaron muy duro. Volveremos”, escribió, sin detallar si presentaría una nueva iniciativa.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, señaló la noche del lunes que buscaría derogar Obamacare dentro de dos años, mientras el oficialismo elaboraba un sistema viable para reemplazarlo. El propio Trump dijo ayer a periodistas que “dejaremos que Obamacare falle”.
Pero incluso esa ambición se vio truncada: los mismos republicanos conservadores que rechazaron el plan original señalaron ayer que no aprobarían un plan de derogación sin un reemplazo. La senadora Susan Collins dijo que ello “crearía mucha ansiedad para los individuos que dependen” del sistema actual. Agregó que “haría que los mercados de seguros entraran en caos”. Su colega Shelley Capito sostuvo en un comunicado que “yo no vine a Washington para dañar a las personas”.
LA CUESTIÓN TRIBUTARIA
La pregunta que todos se hacían ayer era si el fracaso de la reforma a la salud es un adelanto de lo que ocurrirá con la propuesta de Trump en materia tributaria, que busca reducir en 20 puntos los impuestos corporativos para dejarlos en 15%. Para ello, los ahorros en gastos de salud eran vitales.
Los economistas de Societe Generale Michala Marcussen y Guy Stear señalaron en un reporte que la caída del llamado Trumpcare “pondrá más en duda la aprobación de los futuros recortes de impuestos, el gasto en infraestructura, etcétera. Sin rebaja tributaria, creemos que EEUU podría desacelerarse significativamente pronto, en la segunda mitad del próximo año”.
Por su parte, analistas de Goldman Sachs liderados por Alec Phillips manifestaron que “seguimos creyendo que un cambio tributario probablemente no se convertirá en ley en 2018”. Agregaron que “siguen muchas preguntas sin responder, incluyendo el tamaño potencial” de los recortes.
Apuntando a abrir el camino para una rebaja tributaria, los republicanos presentaron ayer un plan presupuestario para 2018 que lograría recortar el desembolso fiscal en US$ 203.000 millones en una década, reduciendo los gastos discresionales y permitiendo aumentar la inversión en defensa. Si la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, su sigla en inglés) considera que la iniciativa no aumentará el déficit fiscal, podría aprobarse con una mayoría simple en el Senado, sin apoyo de la minoría demócrata. De lo contrario, el oficialismo necesitará convencer a la oposición para lograr 60 votos en la cámara alta.
El presupuesto del próximo año será discutido en el segundo semestre, al igual que el aumento del límite de deuda fiscal. El fracaso legislativo de Trump en salud también siembra dudas sobre la viabilidad política de ambas mociones.
RESPUESTA DEL MERCADO
Las dudas sobre la habilidad de Trump de ordenar a las filas republicanas en torno a su agenda de reformas pesaron ayer sobre el valor del dólar. La divisa estadounidense llegó a perder 0,5% contra sus pares del G10 en el índice de Bloomberg, hundiéndose a su menor nivel en once meses.
Para el analista de divisas de MUFG Lee Hardman, la moneda “ya estaba débil por las expectativas de que la Reserva Federal reducirá el paso de ajustes monetarios, posiblemente retrasando la próxima alza de tasas hasta el próximo año”. La caída del proyecto de salud, señaló, fue “un golpe significativo” para el dólar.
El retroceso en el mercado internacional también llevó a la moneda estadounidense a perder $ 4,1 frente al peso chileno al cierre del mercado local en relación al lunes. Ello, pese al retroceso que sufrió el precio del cobre. (DF)