El Gobierno ha entregado las cifras de pobreza en el país a partir de los resultados de la encuesta Casen que fue realizada entre noviembre de 2013 y enero de 2014. Es la primera vez que se entregan en el país, dos mediciones adicionales a la tradicional por ingresos con la canasta básica de alimentos, en uso desde 1987. Se trata de una medición de pobreza también por ingresos, pero actualizada en diversos aspectos metodológicos, siendo el más relevante la utilización de una canasta en base al consumo actual de los chilenos (EPF 2011-2012 del INE) y la entrega por primera vez en Chile de una medición de la denominada “pobreza multidimensional” la que nos entrega un indicador sintético que mide distintas áreas del bienestar de las personas y los hogares.
1.- MEDICIÓN DE LA POBREZA CON LA ANTIGUA LÍNEA DE POBREZA (1987)
Esta medición expresa una baja muy importante en el periodo 2009 – 2011 de un 10,9% a un 7,8%. Las principales causas de la baja se deben al buen crecimiento de Chile en ese período y a la creación de empleos, superior a los 300 mil entre 2011 y 2013. Asimismo hay que añadir que las remuneraciones crecieron sobre 7% en el bienio. De esta manera, se mantiene una tendencia uniforme a la baja desde comienzos de los 90.
2.- MEDICIÓN DE LA POBREZA CON LA LÍNEA DE POBREZA ACTUALIZADA (2012-2013).
Esta nueva cifra nos dice que en Chile existe un 14,4% de pobreza por ingresos, que da cuenta mucho más adecuadamente de la realidad del país, un país de renta media, que ha variado sus patrones de consumo. Esto nos pone en el nivel en el que hace mucho tiempo debimos estar.
Es fundamental comprender que la medición antigua y la actualizada, son medición por ingresos, por lo que ambas tienen la misma limitación, esto es, solo nos entrega una parte para entender el fenómeno de la pobreza. Por ello es importante no interpretar el dato de pobreza de manera estrecha, como realidad sacrosanta, donde las variaciones a la baja o al alza se asumen como realistas y absolutas.
Las cifras también nos muestran que Chile sigue disminuyendo su pobreza por ingresos, en un contexto de desigualdad. Así, el Índice de Gini nos indica que la sociedad chilena sigue siendo tremendamente desigual en materia de distribución del ingreso. Manteniendo lo que ya ha sido la constante en los últimos 25 años.
Nuestros grandes problemas en materia de pobreza de ingresos, continúan siendo la desigualdad y la vulnerabilidad económica (posibilidad cierta de caer a la pobreza) de amplios sectores. En Chile, la creación de empleo y aumento de los ingresos, no son lo suficientemente robustos para asegurar una salida permanente de la pobreza. Por ello requerimos generar empleos de calidad y de políticas públicas que apunten a la equidad e integración social.
3.- SOBRE LA ENTREGA DE CIFRA DE POBREZA MULTIDIMENSIONAL.
Se trata de una cifra que sintetiza diversas áreas del bienestar (en este caso: empleo, salud, trabajo y vivienda), que permite dar cuenta de la heterogeneidad de la pobreza, y entrega una visión más comprensiva y más integral de un fenómeno que es multidimensional. Esta cifra nos dice que el 20,4% de nuestros compatriotas tiene carencias en las dimensiones señaladas, que afectan directamente su bienestar a nivel individual o de su hogar.
Esta medición es uno de los logros más importante para el país en el último tiempo, ya que ella nos permitirá entender de mejor manera la pobreza como un fenómeno multifactorial en sus causas, multidimensional en sus manifestaciones, multiarquetípico en sus expresiones socioculturales. Asimismo este nuevo instrumento debiera orientarnos a la implementación de políticas más pertinentes que asuman que los afectados hoy “tienen” más que en el pasado, pero que ello no necesariamente se traduce en “estar mejor” “hacer más” o “ser más” en nuestra sociedad. Se trata de asumir en definitiva, que la pobreza es falta de libertad. (La Segunda)