Han concluido los cuartos de final. Haciendo una analogía con el fútbol, estos cuartos de final fueron las primarias. No participaron todos los equipos, como, por ejemplo, el equipo de la Nueva Mayoría, con sus dos candidatos, ni el equipo de Marco Enríquez-Ominami. Entre los que sí participaron, pasó a la semifinal en la derecha Sebastián Piñera, quedando eliminados Manuel José Ossandón y Felipe Kast; asimismo, no participó en estos cuartos de final el candidato de la ultraderecha José Antonio Kast. En el Frente Amplio quedó eliminado Alberto Mayol, y pasa a la próxima instancia Beatriz Sánchez.
En consecuencia, para la disputa por las semifinales -para estos efectos, la primera vuelta, que ocurrirá el 19 de noviembre- hasta ahora se presentan los siguientes equipos: por la derecha, Sebastián Piñera y la coalición política que lo respalda; es decir la UDI, RN, el PRI y, hasta ahora Evópoli, quedando sujeto este último a la negociación parlamentaria. Otro equipo que disputa la semifinal es la ultraderecha, comandada por José Antonio Kast. En el amplio campo del centro, la centroizquierda y la izquierda, en distintas versiones, concursan a la semifinal -es decir, primera vuelta- la senadora Carolina Goic, por la Democracia Cristiana; el senador Alejandro Guillier, con el respaldo de seis partidos de la Nueva Mayoría; la candidata Beatriz Sánchez, con el apoyo del Frente Amplio; y Marco Enríquez-Ominami, con el respaldo del Partido Progresista. En definitiva, dos candidatos de derecha y cuatro candidatos del centro y de la centroizquierda.
El 19 de noviembre, los ciudadanos, en ambos espectros políticos, decidirán quién pasa a segunda vuelta. En la derecha, lo más probable, casi con certeza, es que pase a la final Sebastián Piñera; y en el centro y la izquierda, la competencia se ve más reñida, pero es altamente probable que pase a la final el candidato Alejandro Guillier. Con esta proyección, la segunda vuelta o la final del campeonato tendrá dos equipos en la cancha: el de Piñera y el de Guillier. En mi opinión política, es fundamental que los cuatro equipos de centro e izquierda que compitan en la semifinal tengan un acercamiento político y programático para enfrentar el partido final, considerando que si uno analiza los cuatro programas de gobierno de cada uno de estos equipos, es posible construir un acuerdo mínimo, programático y de gobernabilidad para que tras el triunfo de algunos de esos cuatro candidatos en la segunda vuelta, le demos una mayoría política, parlamentaria y social para seguir avanzando hacia un Chile más justo.
Lo que se juega en la final del campeonato es muy relevante. Las opiniones están claras en esa final en las más diversas materias. Mientras el centro y la izquierda quieren seguir avanzando en la ley de inclusión, en la desmunicipalización de la educación y en el avance en la gratuidad de la educación superior, la principal candidatura de la derecha -es decir, Piñera- nos ha notificado que su propuesta no es seguir avanzando en esta dimensión, sino que congelar lo que este gobierno ha mejorado. Esto último es particularmente claro en materia de gratuidad en la educación superior y materia del fin del copago en la educación particular subvencionada. En otra materia, como la recientemente aprobada reforma laboral, mientras que el centro y la izquierda quieren consolidar dicha reforma y reponer la titularidad sindical para darle más fuerza negociadora al trabajador organizado frente a su empleador, la derecha también nos notificó. Ellos están por «la flexibilidad laboral», que en la evidencia de las últimas décadas solo significa trabajo precario, inestable y repleto de abusos.
En materia tributaria, que ha sido esencial para financiar los avances en salud, educación y pensiones -hasta ahora-, la derecha nos ha anunciado que quiere constreñir la recaudación y dejarla en un 25% en el impuesto de primera categoría para las empresas y volver a un sistema plenamente integrado, que es otra forma de reducir la recaudación. Para el centro y la izquierda esto no es tolerable, porque implica renunciar a alrededor US$ 2 mil millones que son fundamentales a la hora de seguir avanzando en gratuidad, salud y en pensiones.
Como se puede apreciar, el partido final será muy estrecho, por lo tanto se requiere que los equipos del centro y la izquierda que competirán en las semifinales se unan en la final detrás del equipo ganador en esta instancia, única posibilidad de ganarle al equipo de la derecha en un partido decisivo y que dice relación con que si la cancha será más dispareja, por una parte, o si esta será cada día más pareja, para que la competencia sea cada día más justa.
El Mercurio/Agencias