Las fuerzas militares rusas intensificaron el bombardeo de ciudades ucranianas clave a medida que no lograban «ningún progreso digno de mencionar» en la ocupación de territorios, según el Departamento de Defensa de EEUU, en medio de señales de que a los ucranianos no combatientes les resultaba cada vez más difícil escapar del bombardeo de barrios civiles.
John Kirby, portavoz del Pentágono, dijo que mientras las tropas rusas estaban avanzando en el sur de Ucrania -incluyendo un mayor control en torno a Mariupol y acercamientos al puerto meridional de Odesa-, seguían siendo en gran medida bloqueadas en el norte, donde intentan rodear la capital, Kiev.
El riesgo que supone para los civiles la escalada de los bombardeos ha pasado a ocupar un lugar destacado en la agenda internacional, luego de que las autoridades ucranianas rechazaran como «inmoral e inaceptable» una propuesta de Vladimir Putin, presidente de Rusia, sobre los llamados corredores humanitarios para salir de las ciudades de primera línea. La mayoría de las rutas propuestas terminaban en Rusia.
Mientras tanto, los precios del petróleo y el gas natural oscilaron, y las acciones globales cayeron luego de que una iniciativa de EEUU de prohibir el crudo ruso enfrentara resistencia de Alemania, agitando a los mercados por el riesgo de que las sanciones energéticas generen un efecto cascada en la economía.
En un día de extraordinaria volatilidad, el crudo Brent, de referencia internacional, alcanzó un máximo de US$ 139 el barril -un nivel no visto hace 14 años-, antes de retroceder y situarse en US$ 123,21, lo que supone un aumento de 4,3% en el día. La subida de los precios se produjo después de que el gobierno de Joe Biden señalara que está abierto a congelar las importaciones de petróleo ruso, dejando de lado las reservas iniciales sobre el impacto en los consumidores. (FT-DF)
