El exministro Sergio Bitar (PPD) está convencido de que el triunfo de Alejandro Guillier está a la vuelta de la esquina, pero lo que le preocupa es qué hará el próximo gobierno y los sucesivos para preparar a Chile para el año 2030.
De hecho, tal como señala en el discurso con el que agradeció hace unos días la medalla de oro que le otorgó el Instituto de Ingenieros de Chile: “Constituir un espacio de reflexión estratégica nacional, que no tenemos, me parece esencial para gobernar bien. Confiamos que un próximo gobierno sea capaz de crear tal instancia. Se necesita un lugar donde se utilicen los métodos de la prospectiva, se exploren los escenarios globales, se analicen estrategias posibles para Chile, y ellas se sometan al debate nacional”.
– ¿Cree más probable hoy el triunfo de Guillier en el balotaje?
– Sin duda, es más probable. La derecha sintió una derrota frente a sus expectativas, la gente de la centroizquierda, que estaba en un estado de dispersión y desánimo, vio una luz y tiende a converger; y se plantean los dos proyectos de Chile que cada ciudadano tiene que decidir. De manera que la posibilidad es más alta hoy, aun cuando las cifras son estrechas.
– ¿Pese a que Piñera ha comprometido elementos clave para la centroizquierda?
– No es un tema de acercarse a nuevas propuestas, es de credibilidad; no es un tema de programa, en el caso de Piñera. Él tiene, con el respeto que me merece, una lógica de Bolsa de Valores aplicada a los valores de la democracia. Pero en política debes tener cierta consistencia, no es como comprar una acción. Hay un problema de credibilidad y eso hace que la primera vuelta mostrara que más de la mitad de los chilenos no quiere ese camino y no quiere ese candidato.
– ¿Dio un reimpulso a la candidatura de Guillier el apoyo de la DC?
– Tiene un significado muy importante desde el punto de vista de la cohesión, del reconocimiento de lo que cambiamos en Chile y de la fuerza y la convicción para impulsar lo que viene, aun cuando hay un sector de la DC muy ambiguo, que creo que cometió un error.
– A ese grupo lo acusan de buscar el camino propio.
– El grueso está en un proyecto nuevo, que no es el camino propio. El PPD no puede hacer un camino propio, el Partido Socialista no puede hacer un camino propio. Creo que los muchachos del Frente Amplio se van a dar cuenta también, apenas se les pase un poquito los aires de arrogancia a algunos, que tampoco pueden hacer el camino propio. Qué es lo que enseña esta votación, hay que leerlo.
– ¿Cómo lo interpreta usted?
– Lo primero, es entender que si no hubiéramos hecho el cambio al sistema electoral, esto no se habría visto. Aquí se mostró lo nuevo y me alegra porque es muy positivo para Chile, aunque hay incertidumbre. Una ventaja de que entren los jóvenes es que aprenden que otra cosa es con guitarra: una cosa son los sueños, y otra es la realización de los sueños, que siempre es parcial. Si uno no tiene sueños, no sabe para dónde va; pero si quiere sólo cumplir los sueños, no llega a ninguna parte. Todo esto es positivo y lo que más se advierte es que entramos en un ciclo histórico nuevo de Chile.
– ¿Marcado por?
– Por el término de la gran coalición socialcristiana-socialdemócrata en el sentido que la entendimos, que parte el ’87 con la Concertación por el NO y termina el 2017.Son 30 años y esos 30 tienen un corazón de 20 años que, a mi juicio, son los mejores de la República desde 1810. El debate que viene en Chile para el progresismo, que es fundamental entender, es qué es a lo que Chile quiere llegar el 2030 y cómo se configuran las mayorías, se reorganizan los partidos y cómo se refuerza sociedad civil.
– ¿Qué pasa después del 17, cuáles son los escenarios que habría que analizar?
– Opción uno que ganamos, que es la más probable.
– ¿Cómo se hace gobierno en el actual escenario?
– El gobierno va a ser mucho más difícil cualquiera que gane, porque nadie tiene mayoría y la representación parlamentaria está mucho más quebrada. Un eventual gobierno de Guillier no puede hacer nada en el Parlamento sin acuerdo con el Frente Amplio y el FA no puede hacer nada solo. Al próximo gobierno le va a costar entenderse con el Parlamento, va a tener que hacer, más que un gran programa, que lo debes tener, acuerdos parciales sobre materias específicas.
– ¿Van a cambiar las coaliciones?
– Claro, va a ser otro tipo de coaliciones, de geometría variable, es otro tipo de relaciones y de habilidades políticas, porque vas a estar siempre haciendo negociaciones. La derecha va a tener los mismos problemas si gana. Y si eres oposición tienes el gran desafío de parar un proyecto nuevo y de aglutinar las fuerzas de alguna manera que den lugar a algo distinto. Vienen periodos para Chile que son apasionantes, pero más complicados para cualquiera que gane y, en esa fase, hay que buscar puntos de convergencia, de acuerdos nacionales que trasciendan los cuatro años de gobierno.
– Si no se sabe leer esto, ¿cuál es el riesgo?
– Que cualquiera que gane, se paralice, no haya condiciones para ejecutar, entre mucha pugna pequeña. En ese caso, entramos a un periodo de paralización o de mediocridad, a mi juicio. Mi gran preocupación es que Chile genere condiciones para dar otro salto y para eso tenemos que seguir trabajando y si esto termina 50-50 hay que conversar.
– Las propuestas de Guillier como la condonación del CAE al 40% más pobre requiere de crecimiento económico, ¿cómo se va a crecer para solventar esos compromisos?
– El crecimiento de corto plazo y muchos de los proyectos que están pendientes se van a activar con un cambio de actitud. Lo segundo, es el aumento del precio del cobre que le va a generar más recursos al Fisco, pero también va a arrastrar más inversión en minería. Si tenemos, además, un plan de infraestructura potente; un plan de energía importante, como el que se está desarrollando, vamos a tener una capacidad de sostén del crecimiento. El impulso de largo plazo es el cambio de la estructura productiva y en eso hemos tenido un avance en este gobierno de Michelle Bachelet. En la medida que eso se comprenda y que sea un acuerdo nacional, entraremos en otra fase del desarrollo chileno.
– ¿Hubiera preferido un respaldo explícito del Frente Amplio?
– Han dicho lo que se podía prever: ‘No queremos que Piñera gane’; o sea, ‘voten por Guillier’. Un llamado implícito a votar por Guillier y una precaución diciendo ‘si gana la derecha no es culpa nuestra y si gana Guillier somos oposición’. Es la ambigüedad propia de una fuerza que está naciendo, que no es homogénea.
– ¿Hubiera esperado que Beatriz Sánchez usara su liderazgo para llamar a votar por Guillier?
– Beatriz es una mujer muy sensata y debe estar dándose cuenta que hoy la preservación de su liderazgo de futuro no pasa tanto por anularse como Andrés Velasco, sino por pronunciarse.
IDEOLOGISMO EMPRESARIAL
– Desde la derecha se advierte sobre los efectos en la economía que podría tener el triunfo de Alejandro Guillier, ¿es una campaña del terror?
– No creo que lo hagan para provocar temor, sino porque tienen temor, que es una cosa distinta. Hay un sector de la derecha que no ha evolucionado y, como una persona preocupada por el futuro de Chile, quisiera ver un sector empresarial más abierto, más comprensivo. Gente como Bernardo Larraín o como Alfredo Moreno representan ese giro hacia una mirada más comprensiva de lo que es el Chile de hoy. Y hay otros que viven pensando qué es el mercado el que dirige la sociedad o la sociedad se derrumba. Esa visión es bastante mala para Chile, porque me pregunto qué otro período ha sido mejor para el desarrollo económico, para el desarrollo de las empresas, que el periodo de la Concertación…
– ¿Ese sector empresarial al que alude no vio los cambios o no los apreció?
– Yo pensé siempre que con las transformaciones que habíamos hecho, cualquier persona inteligente del sector empresarial habría visto que este es un sistema estable, se puede invertir seguro, tiene reglas claras; pero vemos que hay un núcleo empresarial intransigente, que tiene un ideologismo que perjudica al país y ese es el grupo que genera estas situaciones de temor. Creo que es minoritario, felizmente.
– Si gana Guillier, ¿cómo podrían conciliar su mirada de país con este grupo empresarial que puede que sea pequeño, pero influye?
– Influye y nosotros tenemos que crear las condiciones para que se sienta en un ambiente de normalidad y pasando las elecciones se van a dar cuenta que Alejandro Guillier es una persona sensata, de centroizquierda, republicana, que convoca, respeta la institucionalidad y quiere dar un gran impulso al desarrollo económico y al crecimiento. El programa es muy preciso en eso, un paquete de modernización de la estructura productiva, pero con inclusión social, ese es el equilibrio que da estabilidad al crecimiento y da estabilidad y cohesión a la sociedad. (DF)