El día de ayer fue publicada en este medio una columna de Gonzalo Rojas que hacía referencia a la temática de la salud mental en las universidades. En ella se caracteriza el problema como un capricho de estudiantes interesados en bajar el nivel de exigencia. Ante esto queremos ser claros: dicha concepción es fruto del peor reduccionismo.
Las raíces del problema de la salud mental en la educación superior se encuentran en un modelo educativo que promueve el aprendizaje en base al exitismo y la competencia y que confunde el desgaste de sus estudiantes con la verdadera pedagogía. En el fondo, lo que esconde el argumento de Rojas es un profundo clasismo, bajo el cual la universidad solo estaría disponible para algunos. Es, en resumidas cuentas, un discurso que perpetúa y legitima la segregación y la desigualdad.
Como directiva de la Federación de Estudiantes de la UC abogamos por el esfuerzo común de hacer de la salud mental una prioridad política, respondiendo a la urgencia de una realidad que aqueja a compañeros y compañeras de todas y cada una de las universidades de Chile. Tenemos la convicción de que la única forma de afrontar este desafío es a través de la organización de las comunidades estudiantiles en pos de su bienestar. (El Mercurio Cartas)
Belén Larrondo
Presidenta FEUC