El mundo observó cómo el precio del cobre se disparó a partir de fines de marzo desde niveles de 380 centavos de dólar la libra (c/lb) a niveles de 470 c/lb en los últimos días. Si ello se mantiene, superará con creces el pronóstico que usó el presupuesto del país para 2024, que fue de 386 c/lb, es decir, los excedentes de la recaudación tributaria de este año irán a parar al Fondo de Estabilización Económico-Social, FEES. Buena cosa.
¿Cómo lo hicieron los predictores del precio del cobre de 2024?
Los 22 miembros del comité del precio del cobre del Ministerio de Hacienda, cuya última estimación se realizó en julio de 2023, fue en promedio 382 c/lb para 2024. La estimación de algunos bancos de inversión fue 420 c/lb, mejor que la estimación nacional.
Lo que hubo, entonces, por parte de casi todos los pronósticos nacionales para 2024 fue bien inferior a la realidad. Y lo que ha ido reportando la prensa chilena casi diariamente en estos últimos dos meses es que los expertos van subiendo sus estimaciones del año y brindando numerosas explicaciones en la medida que el precio aumenta. Lo anterior devela un pobre poder de predicción del precio futuro del cobre, lo que es preocupante por sus consecuencias, ya que descarrila las estimaciones del presupuesto nacional, y porque guía a las empresas a tomar decisiones equivocadas respecto de cuándo y cuánto invertir.
Pero, en definitiva, ¿se trata de un nuevo superciclo?, ¿por qué subió el precio del cobre a partir de marzo pasado?, ¿hay un cambio estructural en el mercado del cobre?
Junto al aumento del precio del cobre, aumentó el precio del zinc, del níquel, del plomo y del aluminio, pero no así el precio del hierro y del petróleo. Ello indica que no se trata de un superciclo de los commodities como el que observamos a partir de 2003. Y a diferencia del zinc, níquel, plomo y aluminio, que ya estabilizaron su precio, el precio del cobre siguió subiendo, llegando hasta ahora a superar en 20% el precio de hace dos meses. Los fundamentos no explican por sí solos el aumento del precio.
La explicación para el aumento del precio del cobre es que hay una toma de posiciones, o especulación, en cobre por parte de fondos de inversión globales, ya que se espera que la oferta siga siendo débil y que la demanda para combatir el cambio climático, que es propia del cobre, se mantenga constante o incluso aumente en los próximos años, como estima el Bank of America.
Con esto, el mercado le está colocando a la industria un precio con el que las nuevas inversiones son irresistibles, y de ello se trata. Chile, que tiene la mayor oferta de proyectos de cobre en el mundo, incluidas las ampliaciones, podría tomar nota de esto y ponerse metas como país para aumentar la producción de cobre. Rebajar los tiempos de tramitación de los proyectos resultaría determinante para este ejercicio.
Respecto de la pregunta de si existe un cambio estructural en el mercado, la literatura económica señala que decenas de estudios econométricos fracasaron en detectar un aumento o un retroceso del precio del cobre desde 1870 en adelante. Habría un promedio al cual el precio se revierte después de pasar por macrociclos de 50 años. Estos macrociclos indican mayor abundancia con precios bajos (1920-1945, y 1997-2003) y más escasez con precios altos (1965 a 1974, y 2003 a 2024), y están determinados por la tecnología y por la tasa de descubrimientos.
Desde 1870 hubo solo dos quiebres tecnológicos, la flotación y las palas mecánicas introducidas masivamente a principios del siglo XX, que causaron el derrumbe del precio, y la extracción por solventes electro-obtención, introducidas en la década de 1960, que llevaron a varios metales a reducir su precio persistentemente hasta 2003, contrario a lo que predijo el Club de Roma en 1972.
Después de comenzado el superciclo de 2003, el que tuvo una pausa en 2008 y otra en 2016, seguimos con un altísimo precio, muy por sobre los promedios históricos, y estaríamos esperando un nuevo quiebre tecnológico para que este pueda compensar la reducción de las leyes de cobre. Y ese quiebre no parece venir pronto, al menos no se ve aún en la distancia.
Mi predicción en julio de 2023 para 2024 fue 450 c/lb, y 500 c/lb nominales para el resto de la década, reconociendo que el cobre tiene un motor propio, que es ser ingrediente principal para el combate del cambio climático. Mantengo estas proyecciones. (El Mercurio)
Gustavo Lagos
Profesor UC