La crisis política y económica se acentúa en el país. La razón principal es que quienes deben liderar el ajuste hacia un proceso de normalidad, no lo están haciendo. Existe la concepción, por parte de las actuales autoridades que gobiernan, que en el país se deben practicar profundas reformas. Lo sorprendente es que en septiembre del año pasado se le ofreció al país un conjunto de reformas. La ciudadanía las rechazó en forma aplastante. Más del 60% de los consultados manifestaron que no querían ese tipo de cambios, basados en una ideología que, claramente, no satisfacía sus expectativas para el Chile que quieren vivir.
Sin embargo, las máximas autoridades del país han hecho como si nada hubiese ocurrido ese 4 de septiembre 2022, negándose a asumir la realidad que implica que los cambios deben ir en otra dirección.
Si las actuales autoridades insisten en ese predicamento, la ciudadanía los castigará severamente en los próximos procesos electorales, los cuales se aproximan el año 2024 y 2025. Esto ocurrirá independientemente de los resultados del plebiscito sobre el nuevo texto constitucional, que se llevará a cabo en diciembre del presente año.
Me parece que los ciudadanos tienen claro el sistema económico que necesitan. Además, lo más importante, es preservar la democracia y las instituciones que ayudan a la mantención de la estabilidad política
El rechazo de esa Convención Constitucional llevó el 7 de mayo del presente año a la elección de un nuevo Consejo Constitucional. Una abrumadora mayoría es encabezada por las fuerzas políticas de la oposición y en particular por una relativamente nueva en Chile: el Partido Republicano. Aquellos, sumados a la centro derecha tradicional, constituyen una fuerza política que la ciudadanía, les ha confiado para la confección de una nueva Constitución. Estoy seguro, que sobre la base de la mala experiencia de la primera Convención, aquellos buscarán elaborar un texto que represente fielmente no sólo a los electos por esa inmensa mayoría, sino que también, recoja las ideas de los derrotados.
La búsqueda de acuerdos no significa que las ideas minoritarias deben estar por encima de las mayoritarias, lo cual ha sido lo establecido claramente en los dos concursos electorales celebrados anteriormente.
Lo que hace crecer a una sociedad es la estabilidad política, la que se funda fuertemente en la democracia y en la preservación de las instituciones que garantizan el imperio de la ley. Por lo tanto, el principal objetivo de una nueva Carta Magna, debe ser que la ley predomine frente al desorden y la violencia.
La situación política en el país, cambia dramáticamente con la salida del gabinete de Giorgio Jackson. Era impensable que uno de los fundadores de Revolución Democrática pudiera permanecer en el cargo después del escándalo de los convenios y fundaciones.
Se ha llegado a un número impresionante de fundaciones involucradas y de convenios entre éstas y aquellas. La mayor parte conectadas con militantes de Revolución Democrática. Por lo tanto, el daño es doble para Apruebo Dignidad. Por un lado, la corrupción que se está investigando y por otro, el equipo político y en particular La Moneda, están siendo afectados severamente. Hasta aquí, no hay querellas criminales hacia los militantes de la extrema izquierda. Los cambios de gabinete efectuados no reflejan reconocimiento de esta situación. Incluso, el cambio de gabinete, observado hace unos días, sólo hizo ajustes relativos a ministerios sectoriales, sin tocar, el comité político de La Moneda. La única excepción ciertamente, es la salida de Jackson y me atrevo a decir, el cambio del Ministro de Educación, también ligado a un enroque de carácter político. Nicolás Cataldo, reconocido miembro del Partido Comunista, aún mantiene temas pendientes con Carabineros de Chile y claramente no cree en el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.
El cambio de gabinete demostró que el Presidente de La República no tiene la más mínima intención de virar hacia posiciones más moderadas. Más bien, insiste en su proyecto refundacional, alejado de la voluntad popular, como ha sido demostrado, en los últimos meses. Como fue mencionado en dos concursos electorales, la ideología que pretende instalar el Jefe de Estado ha sido rechazada. Sin embargo, en una actitud antidemocrática, Boric insiste en aferrarse a un proyecto que las grandes mayorías de este país no desea. Acentuando con ello, la crisis política que vive el país, su coalición de gobierno, el desapego a los problemas económicos y el evidente sufrimiento por la delincuencia y el terrorismo.
Lo único que le queda a Boric es insistir en su proyecto de Reforma Previsional, la cual no tiene los votos necesarios para ser aprobada. Se ha sumado a esto, que la oposición, pretende, que los 6 puntos adicionales de ahorro individual, que se están considerando, vayan íntegros a cuentas de capitalización individual.
Por otra parte, tampoco se ha llegado a un acuerdo en el llamado pacto fiscal, porque tanto la oposición como los ciudadanos, no quieren impuestos adicionales.
No hay que ser un gurú en política y economía para darse cuenta que esta tozudez, acarreará a la coalición de gobierno a una severa derrota en el ciclo de elecciones, con concursos electorales, que incluyen, elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales.
Ciertamente, la falta de cohesión política no ha permitido que la oposición elabore un proyecto político y económico que satisfaga a las grandes mayorías del país. Chile Vamos continúa alejado del principal partido, el Republicano. Estimo que si la oposición logra formar una coalición que incluya todas esas fuerzas, tendrá un avasallador triunfo en las próximas elecciones, cualquiera sea la naturaleza de ellas. De lo contrario, continuará hipotecando el futuro de millones de ciudadanos.
En el plano económico, mis cálculos para las trayectorias de las principales variables económicas indican que la inversión continuará cayendo. Por lo tanto, el crecimiento para el presente año, tendrá una caída cercana a más de – 1%. Con esa inercia, proyecto que es muy poco probable que nuestra economía tenga un crecimiento positivo, de al menos un 2%, el próximo año prolongando, con ello, la nula capacidad de reactivación. Por ende, el empleo formal no se recuperará rápidamente. Es sorprendente que las autoridades políticas y económicas, no reconozcan lo grave de esta situación y no intenten sacar al país de esta profunda crisis social.
No se vislumbra un camino para que la trayectoria económica se recupere, lo que sumado a la crisis política y a los escándalos de corrupción, predice malos resultados para la evaluación que la ciudadanía hará de los actuales gobernantes. (El Líbero)
Alejandro Alarcón
