«Esto es un hito para nosotros. Son tres satélites construidos simultáneamente y que serán operados al mismo tiempo como una constelación pequeña. Son pocas las instituciones que han lanzado más de un satélite en un único lanzamiento y estamos en ese grupo, aprendiendo un conocimiento nuevo y adquiriendo habilidades nuevas».
Con estas palabra, Marcos Díaz, coordinador del Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (SPEL) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, se refirió al lanzamiento espacial de tres nuevos satélites, cuyo despegue se hizo a través del cohete Falcon-9 de SpaceX desde Florida, Estados Unidos a eso de las 13:24 de la tarde.
Los tres nuevos satélites de la Universidad de Chile iban a bordo del cohete Falcon-9 y el exitoso despegue se realizó desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, acorde con lo informado por Díaz, quien además es el investigador responsable del Programa Espacial de la casa de estudios.
«Éste es el resultado de la formación de nuevas generaciones que son capaces de desarrollar avances tecnológicos de gran envergadura. La tecnología que estamos desarrollando es muy sofisticada, requiere de muchos años y expertise. Es un gran mensaje para el país, para que desarrollemos nuestra tecnología. Es la única manera de llegar a ser un país desarrollado», señaló por su parte el decano de la FCFM, Francisco Martínez. En esa línea, el académico destacó que «Chile tiene la preparación para desarrollarse».
De igual forma, el decano de la casa de estudios, Ennio Vivaldi resaltó que, ante la maniobra, «la Universidad de Chile pone al país en la órbita mundial en materia satelital (…) Nuestra comunidad entera ha vibrado con este hecho que marca un hito».
«No todo el mundo está convencido en este país que tiene sentido invertir y desarrollar ciencia. Hay quienes piensan que es mejor comprar la ciencia en otras partes. Que sean otros los que la desarrollen y nosotros vamos a comprarla con lo que ganemos vendiendo nuestras materias primas. Eso es un error garrafal y el hito de hoy lo demuestra«, añadió.
En tanto, el ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Flavio Salazar, destacó la importancia del proyecto y puntualizó que «nosotros hemos planteado desde las universidades y comunidades, desde hace mucho tiempo, la necesidad de tomar en cuenta las capacidades que tiene Chile, pero más allá de los discursos, la mejor forma de demostrarlo es en la práctica y aquí se está demostrando».
A su vez, el secretario de Estado anunció que el área satelital y aeroespacial será uno de los temas que el actual Gobierno impulsará, no para ser parte de la carrera espacial internacional, «sino relacionada con las propias necesidades de contar con una observación y recolección de datos para poder planificar políticas y tener un mejor desarrollo».
PRÓXIMOS PASOS
De acuerdo con la Universidad de Chile, los tres satélites serán puestos en órbita a una altura cercana a los 550 km. Su lanzamiento se gestionó a través de la empresa italiana intermediaria D-Orbit, quienes en alrededor de un mes, posicionarán a los satélites en la órbita requerida para las misiones del Programa Espacial.
Una vez en posición, la estación terrestre iniciará su trabajo de comunicación con los tres vehículos, confirmando que estén operativos, para comenzar a activar los diferentes proyectos de investigación en ciencia espacial, ciencias biológicas, y desarrollos tecnológicos y de comunicación que cargan los satélites.
«Es diferente al primer lanzamiento (SUCHAI-1, en 2017), porque el cohete deja en el espacio al dispositivo que lleva a nuestros satélites en su interior y recién va a posicionarse en el plano orbital que necesitamos después de unos 21 días, momento en el que serán liberados. En ese minuto recién vamos a salir a buscarlos y empezar a operarlos desde las instalaciones en el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la FCFM», explicó el investigador principal.
Además, desde la casa se estudios anunciaron que un nuevo hito ocurrirá aproximadamente a seis meses de comenzada la operación, cuando se produzca el despliegue de dos femtosatélites que aumentarán la constelación a cinco satélites intercomunicados, con una formación común y trabajando como un sistema (enjambre). Con estos cinco puntos de medición se pretende estudiar una tormenta solar.
Esta nueva fase del Programa Espacial de la Universidad de Chile considera operar los tres satélites desde la estación terrestre por al menos un año. «Esperamos alcanzar el tiempo de operación de casi dos años que tuvo SUCHAI-1 y quizás superarlo, pero también dependerá de los recursos de operaciones», precisó Marcos Díaz. (Emol)