Luego de que su apuesta por derogar el programa de salud de Obama sufriera una dura derrota en el congreso, el presidente de EEUU intenta despejar las dudas sobre su capacidad para conducir la agenda legislativa. Mientras Donald Trump redobla sus esfuerzos para conseguir el apoyo de su partido al recorte de impuestos, su reforma más emblemática, se prepara para anunciar hoy un decreto que revertirá unilateralmente las leyes diseñadas por su predecesor para hacer frente al cambio climático.
Tras anunciar el recorte del presupuesto para la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Trump dará el próximo paso para revocar el Plan de Energía Limpia de Obama, que fijaba una meta para reducir las emisiones de CO2 en 32% hasta 2030. Con ello ha prometido reducir los “obstáculos regulatorios innecesarios que restringen el uso responsable de recursos energéticos domésticos”, dijo ayer la Casa Blanca.
Trump “está tratando de revertir más de una década de progreso para combatir el cambio climático y proteger la salud pública”, advirtió David Doniger, director del programa de clima y aire limpio del Consejo de Defensa de Recursos Naturales.
QUÉ ESTA EN JUEGO
El documento revocará las directivas que recomiendan a las agencias federales considerar el factor climático en sus revisiones medioambientales y tomar en cuenta el “costo social del carbón”, una métrica que refleja el potencial perjuicio económico del cambio climático (actualmente está en US$ 40 por tonelada métrica).
Además, la orden significa que el Departamento del Interior tendrá que levantar la moratoria para los permisos de desarrollo de minas de carbón, y la EPA monitorear y, “de ser apropiado”, empezar a suspender, revisar o revocar regulaciones diseñadas para reducir el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero de plantas de energía.
EMPLEO
A pesar de que el objetivo de Trump es devolver empleos al sector, los expertos dudan que sea posible. La industria del carbón sufre por la creciente competencia del gas natural y fuentes renovables más baratas y limpias, y una baja demanda de los consumidores. Desde 2012, las autoridades licitaron solo un permiso para desarrollar recursos carboníferos. Sin embargo, las medidas pueden frenar la pérdida de terreno por carbón, afirmó la Administración de Información Energética.
DILEMA FISCAL
Mientras tanto, tras su fracaso en sacar adelante su programa de salud en el congreso, la administración de Trump está enfocando sus esfuerzos ahora en la próxima promesa emblemática, una reforma fiscal.
La fallida votación del viernes provocó dudas sobre la capacidad del presidente de imponer su agenda y Wall Street tocó ayer mínimos de seis semanas, mientras que el dólar borró casi todo su avance post-elecciones.
“Los mercados nunca se han preocupado por la reforma de salud, se preocupan de la reforma fiscal. Y ahora parece haber mucho menos espacio para eso”, explicó Gregory Peters, administrador senior de fondos de PGIM. “(La derrota) da tanto a los demócratas como al Caucus de la Libertad (de los republicanos conservadores) más influencia sobre el contenido de la reforma”, señaló Michael Strain de American Enterprise Institute.
POSIBLES BATALLAS
La tarea será difícil. Los legisladores deben aprobar la nueva resolución presupuestaria de 2018 que incluye las llamadas instrucciones conciliadoras, que permiten al proyecto de reforma fiscal pasar en el congreso con una leve mayoría, para no tener que juntar votos demócratas.
Además, para abril está programada la votación para extender el financiamiento del gobierno, y en caso de que contenga una partida para pagar el muro con México enfrentaría oposición demócrata. El impuesto fronterizo, que agregaría US$ 1 billón de ingresos, está en duda por la oposición de las empresas, y el fracaso de desechar los gastos estatales relacionados con Obamacare creará un déficit que no será aceptado por los republicanos más conservadores. (DF)