Tsipras: "La Eurozona sin Grecia sería como una amputación"

Tsipras: "La Eurozona sin Grecia sería como una amputación"

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El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, cree que la salida del euro de Grecia o de Chipre sería un duro golpe para Europa y pondría en peligro la estabilidad en el sudeste del Mediterráneo.

«La eurozona sin Chipre y Grecia sería una amputación del sudeste de Europa», dijo el político de izquierdas en Nicosia, tras un encuentro con el presidente chipriota, Nikos Anastasiades.

Los dos países son un factor de estabilidad en la zona oriental del Mediterráneo pese a los actuales problemas financieros. Europa necesita «hoy más que nunca» crecimiento, añadió.

Por otra parte, aclaró que Grecia no está esperando recibir un crédito por parte de Rusia. Al ser interrogado sobre si Atenas lo tiene previsto o lo ha solicitado, Tsipras respondió: «En este momento esa no es una posibilidad». El «único y exclusivo objetivo» de Grecia es cerrar con éxito las negociaciones con sus socios, aseguró.

En lo que respecta a la crisis en Ucrania, tanto Chipre como Grecia están dispuestas a mediar por la paz, explicó. Los dos países aprovecharán sus buenas relaciones con Moscú «para que se tienda el necesario puente entre Europa y Rusia».

La transformación del conflicto en el este de Ucrania en una guerra económica «no tendrá ningún buen resultado para los pueblos de Europa», añadió.

La visita de Tsipras es la primera que hace al extranjero tras su nombramiento y forma parte de una gira que lo llevará luego a Roma, París y Bruselas para tratar de recabar apoyo a su nuevo programa económico. Tanto Atenas como Nicosia han tenido que llevar adelante duras medidas de austeridad a cambio de los millonarios préstamos recibidos de la Unión Europea (UE).

A diferencia de Tsipras, el conservador presidente Anastasiades ha prometido cumplir con los términos de los acreedores. Los grandes ahorradores del Banco de Chipre y del Laiki Bank tuvieron que aceptar considerables pérdidas como condición para que el país recibiera un rescate de 10.000 millones de euros (11.300 millones de dólares).

Tsipras viaja a la vez que su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, quien llegó hoy a Londres, donde se reunirá con su homólogo británico, George Osborne. Su objetivo, al igual que el de Tsipras, es conseguir flexibilizar los términos del rescate griego, de 240.000 millones de euros. 

Durante una escala en París el domingo, Varoufakis aseguró que su país no aceptará más ayuda bajo las actuales condiciones y que espera poder cerrar un nuevo acuerdo a más tardar hasta finales de mayo.

Syriza, el partido de Tsipras, ganó las elecciones del 25 de enero en Grecia con la promesa de conseguir una condonación parcial de la deuda griega. Aunque parte de las cargas ya fueron perdonadas en 2012, el país aún debe unos 315.000 millones de euros, un 175 por ciento de su PIB.

 

CLAVES DE LA CRISIS

El nuevo ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, aseguró el viernes que el gobierno heleno no tiene intención de cooperar con la troika de acreedores internacionales. ¿Fue una estrategia ante las cámaras o más bien el inicio de una batalla de consecuencias impredecibles? A continuación, una serie de puntos claves sobre el tema.

¿Por qué Grecia se enfrenta de ese modo a sus acreedores? 

La población de Grecia ha elegido un gobierno que le prometió un cambio con respecto a las políticas aplicadas por sus antecesores. Las protestas son comprensibles: oficialmente uno de cada cuatro griegos no tiene empleo. El nuevo primer ministro, Alexis Tsipras, debe cumplir con parte de sus promesas para no perder credibilidad, y dentro de ese compromiso la troika se ofrece como primer punto de la agenda, ya que en Grecia esa palabra, que invoca las políticas de ajuste impuestas por los acreedores internacionales del país, es poco bienvenida.

¿Puede subsistir Grecia sin la ayuda de sus socios del euro? 

No en un primer momento. Pero tal vez sí lo logre sin la troika. A eso se suma el hecho de que Grecia no es la única que ha expresado críticas hacia el grupo, formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El Parlamento Europeo también presentó sus objeciones a la actuación de la troika, con lo cual los controles, en el futuro, podrían tener lugar de un modo más transparente y sin la participación del FMI o del BCE.

¿Pero Grecia no corre el peligro de quedarse pronto sin fondos? 

Grecia aún no ha recibido el último tramo del segundo gran paquete de rescate. Pero obtiene por vías indirectas reembolsos de los bancos centrales del euro y respaldo para su sistema bancario. Sin esas ayudas, el país podría estar en aprietos. Si bien el nuevo gobierno puede intentar ganar margen generando ingresos adicionales (por ejemplo, mediante un aumento de los impuestos en los sectores más acaudalados), el proceso llevaría su tiempo, con lo cual Tsipras no podría evitar llegar a un acuerdo al menos transitorio con los acreedores.

¿Habrá una nueva condonación para Grecia? 

Es poco probable. Hace casi tres años algunos acreedores privados renunciaron a parte de sus exigencias, en lo que representó una primera quita. Pero para los países del euro que prestaron dinero a Atenas el paso sería más bien problemático. De seguirse ese camino, los jefes de gobierno se verían obligados a justificar ante sus contribuyentes pérdidas multimillonarias en las arcas públicas. Sería considerablemente más fácil ofrecerle a Grecia una bajada de las tasas de interés y extender el plazo de pago. De hecho eso es, en parte, lo que ya ha pasado. Actualmente los créditos son en promedio a 30 años. Y, aunque parezca inusual, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, apuntó que aún hay más margen.

¿Alemania está dispuesta a hacer concesiones? 

Siendo la principal potencia económica de la zona euro, Alemania cumple un papel central en el manejo de las decisiones tomadas desde que se desató la crisis de la moneda común. Berlín sigue instando a Grecia a continuar con sus políticas de ahorro y a atenerse a los compromisos asumidos. No obstante, el tono de lo que se expresa desde la primera fila política, es decir, a través de la canciller Angela Merkel, es distinto. En una reciente entrevista, Merkel aseguró que se alegra de «poder fortalecer la amistad entre ambos pueblos» y dijo que aguarda las propuestas de Tsipras. Esta postura parece descartar por un buen tiempo una salida griega del euro. U otras temidas catástrofes. Aun así, la canciller descartó el sábado de plano una nueva quita de deuda. (La Tercera-DPA)

 

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