Tras varias conversaciones y negociaciones, los dueños de una franquicia argentina les comunican a los chilenos su decisión final de no instalarse en nuestro país, dada la situación social que estábamos atravesando y principalmente porque se habían dado cuenta de que Chile era un país inestable… tal cual: inestable.
Inmediatamente se produjo un incrédulo silencio de parte de nuestros compatriotas, quienes, atónitos y con una risa nerviosa, no lograban entender las palabras que habían escuchado, y sobre todo de quienes venían. Luego de varios segundos bastante incómodos, el emprendedor trasandino continuó con su argumento: “Saben, señores, aquí en la Argentina podemos armar los quilombos más grandes, marchar millones en el obelisco y elegir mal a nuestros políticos, pero nunca, jamás nunca, verás a un argentino quemar la Argentina”. (El Mercurio Cartas)
Juan Pablo Swett
Presidente Multigremial Nacional de Emprendedores