El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró su propósito de construir una mezquita en La Habana, inspirada en un templo musulmán de Estambul que representa un pedazo importante del legado cultural islámico.
El proyecto -que pretende ser una réplica de la mezquita de Ortaköy, de la época del imperio otomano- será completamente financiado por el gobierno turco, según precisó Erdogan durante su visita a Cuba, que es parte de una gira por tres países de América Latina.
El gobierno de Ankara está activamente buscando establecer mayores vínculos con la región en su esfuerzo por romper su acostumbrado aislamiento y librarse de su dependencia de Europa, Rusia y el Medio Oriente.
Nuestra arquitectura es diferente a la saudita… ya les envié a las autoridades cubanas toda la información necesaria del proyecto y les dije de nuestra voluntad de construirla nosotros solos
La réplica de la Gran Mezquita Imperial en Ortaköy fue creada por el sultán Abdulmecit en 1854 a orillas del Bósforo.
Aunque Turquía ya está involucrada en un proyecto conjunto con Arabia Saudita para la construcción de una mezquita que ya fue aprobada por el gobierno cubano, Erdogan reiteró la intención de construir otra con financiamiento y de características exclusivamente turcas.
«Nuestra arquitectura es diferente a la saudita… ya les envié a las autoridades cubanas toda la información necesaria del proyecto y les dije de nuestra voluntad de construirla nosotros solos», fue citado Erdogan por la agencia gubernamental turca, Anatolie.
En la misma agencia se señaló el deseo del líder turco de erigir el templo musulmán en La Habana para lo cual, según dijo, la respuesta «no fue negativa».
Cifras oficiales dicen que hay unos 4.000 musulmanes en ese país caribeño.
Un miembro de la comunidad musulmana en La Habana, dijo a BBC Mundo que recibirían con beneplácito la construcción de una mezquita pues para los musulmanes esos templos «no son solo un lugar de culto sino son considerados como una segunda casa».
No obstante que no es indispensable ya que cuentan con varios sitos para orar, como el Museo de la Casa de los Árabes y en la propia residencia del imán.
Además, la práctica de su religión es abierta y sin restricciones y frecuentemente las festividades musulmanas se celebran en las avenidas públicas de La Habana.
MUSULMANES PRECOLOMBINOS
La iniciativa de la mezquita viene concretándose desde hace más de dos meses, recordó Enis Senerden, periodista del Servicio Turco de la BBC, que ha estado siguiendo la gira del presidente Erdogan por América Latina.
«Se originó en noviembre del año pasado cuando Erdogan declaró que los musulmanes habían descubierto América mucho antes que Colón», dijo Senerden.
En efecto, el presidente había convocado la primera Cumbre de Líderes Musulmanes de América Latina en Estambul, donde aseguró que marineros musulmanes llegaron al continente americano en 1178, 314 años antes que el explorador genovés.
El mandatario añadió que Colón, en sus memorias, describió una mezquita en la cima de una colina cerca de la costa cubana y que, actualmente, allí mismo le gustaría ver una construida.
La construcción de la mezquita no es esencial en los acuerdos comerciales que pueda pactar Turquía con Cuba pero su mención sirve para llamar la atención de una visita que pudo haber pasado desapercibida, indicó nuestro colega del Servicio Turco de la BBC.
De acuerdo a un editorial del sitio web del diario Sabah, la gira de Erdogan es importante para entender «el cambio de estrategia de Turquía al considerar conversaciones con este distante continente que casi nunca está en nuestra agenda central».
En este contexto, las relaciones con Cuba son muy prometedoras.
«Cuba es un mercado importante. El aislamiento de ese país y el hecho que se está empezando a abrir significa que necesitan de todo», dijo Enis Senerden.
«Turquía no produce artículos de lujo, estaría exportando bienes de consumo a precios módicos muy apropiados para el mercado cubano».
Aunque Erdogan ya visitó México y Brasil cuando era primer ministro, esta es apenas la segunda visita oficial de un presidente turco a América Latina. La primera ocurrió en 1995, cuando Suleyman Demirel viajó a Argentina, Brasil y Chile.
Desde hace más o menos una década, el gobierno de Ankara ha buscado establecer mayores vínculos con la región en su esfuerzo por romper su acostumbrado aislamiento.
Los mercados tradicionales de Turquía en Medio Oriente han sufrido por la guerra civil en Siria y la expansión del autodenominado Estado Islámico y, en Rusia, por la caída de los precios del petróleo y la crisis internacional en Ucrania.
Por otra parte, Ankara busca depender menos de los vínculos comerciales con Europa, cuyas economías también flaquean.
La estrategia se ve reflejada desde 2006, que Turquía declaró «el Año de América Latina y el Caribe» cuando invitó a varios representantes de esa región a firmar acuerdos.
Hubo visitas de sendos mandatarios latinoamericanos a Turquía entre 2009 y 2012, que resultaron en «mecanismos de consulta política» con 14 países y un plan de acción conjunta con Brasil, según Sabah.
El impacto sobre el comercio es marcado, con cifras de importación y exportación que se han multiplicado casi nueve veces, entre 2000 y 2011, afirmó el sitio web del diario. (BBC Mundo)