Se dirán muchas cosas desde el gremio docente tras su decisión de iniciar un paro indefinido a partir de hoy.
Dirán que es un legítimo derecho que tiene cualquier gremio para negociar con la autoridad. Dirán que tiene un amplio respaldo y que representa a la gran mayoría de los docentes del país. Dirán que las causas son justificadas por la precariedad en la que se encuentran muchos centros escolares. Dirán que los esfuerzos que ha hecho el Ministerio de Educación son insuficientes. Dirán que esta decisión se funda en la lucha por mejorar la educación. Dirán muchas cosas para justificar lo injustificable.
Lo que no dirán es que una vez más el derecho a la educación de miles de niños y niñas queda supeditado a la decisión de parar indefinidamente del Colegio de Profesores.
No dirán que por cada día de clases perdido hay aprendizajes que no ocurren, aumentando aún más la brecha educativa. No dirán que la educación pública será la más perjudicada, impactando aún más a la población más vulnerable de estudiantes. No dirán que cada día que paran obligan a las familias a tener que reorganizar su dinámica doméstica, muchas veces perjudicando la empleabilidad de miles de mujeres y jefas de hogar que tienden a asumir en mayor medida las labores de cuidado. No dirán que muchos docentes no comparten la decisión y que una vez más verán frustrados sus esfuerzos por sacar a sus estudiantes adelante.
Compartimos la necesidad y urgencia de seguir fortaleciendo y apoyando a los y las docentes. Sin embargo, estamos en un contexto de crisis, donde la reactivación educativa y recuperación de aprendizajes es una urgencia y prioridad país.
Un paro indefinido es un despropósito y hace un daño terrible a la educación chilena. Digan lo que digan. (El Mercurio Cartas)
Matías Reeves
María Fernanda Ramírez
Francisco Jeria
Paula Escobar
Claudio Pizarro
Dagmar Raczynski
Lorenzo Gazmuri
Ana María Raad
Catalina Littin
Miembros del Directorio de Educación 2020