El fiscal nacional Ángel Valencia volvió el lunes a Santiago, luego de participar en Puerto Varas de la reunión de fiscales de la macrozona sur que trabajan en crimen organizado.
En esa instancia, fue casi imposible comentar lo que ocurre con el caso Audio y con la compleja situación que enfrenta hoy el exfiscal Manuel Guerra. Pero el tema ha abierto coletazos que incluso lo han complicado a él, puesto que Valencia trabajó durante tres meses en la Universidad San Sebastián -antes de ser fiscal nacional-, para lo que le solicitó ayuda a Andrés Chadwick.
Luego, al ser elegido como líder del Ministerio Público, también compartió un café con Luis Hermosilla, según reconoció, aunque para abordar «temas personales».
Según Valencia, el viaje al sur del país fue para hacer un «gesto» con los fiscales y acompañarlos, ya que «la gente está muy herida, porque en los 25 años de la fiscalía no habían existido cuestionamientos tan severos respecto de un exfiscal regional, que además tenía una trayectoria tan relevante al interior de la fiscalía».
«Ver que una persona con esa trayectoria que tiene imputaciones respecto a probidad es un golpe muy fuerte, porque no son frecuentes en la historia de la fiscalía, más bien son escasísimas, casi ninguna», añadió en entrevista con T13 Radio.
En ese sentido, reflexionó que «de los fiscales se podía decir, como alguna vez dijo un ex Presidente, que habían metido la pata peor no había antecedentes de que hubieran metido las manos. Con todas las críticas de la ciudadanía, no había un reproche tan severo, tan concreto, respecto a alguna autoridad de ese nivel en la fiscalía».
«Ahora los antecedentes son muy graves y (los fiscales) están muy golpeados, porque aunque esto afecte a una persona, que ni siquiera está en la fiscalía, muchos lo sienten como una persona que tuvo una larga trayectoria y además e indudable que esto daña la imagen institucional y produce un daño a los fiscales», subrayó.
INVESTIGACIÓN PENAL CONTRA GUERRA
Valencia recordó que está en curso una investigación penal contra Manuel Guerra, a propósito de las primeras filtraciones que aparecieron en la prensa por los chats que sostuvo con Luis Hermosilla, donde acordaban una salida alternativa para el caso Penta.
Ese tipo de situaciones, comentó, durante el último tiempo se habían tomado medidas para evitar que ocurrieran situaciones de este tipo, «pero nos encontramos con que ya habían ocurrido, y son síntomas de debilidad institucional.
En el Ministerio Público había un acuerdo en general de que había un problema de debilidad institucional, y que era necesario fortalecer su institucionalidad para evitar este tipo de cosas». «Esperamos que los hechos se esclarezcan y que las responsabilidades penales que puedan corresponder se apliquen, ahora sí con mayor severidad, porque aquí también la justicia debe partir por casa», subrayó.
CERCANÍA CON CHADWICK
Consultado por el nivel de cercanía que mantuvo con Andrés Chadwick -también salpicado por su amistad con Luis Hermosilla y el caso Audio-, el fiscal nacional dijo que su relación no era ni política ni personal.
«Por razones profesionales en más de alguna oportunidad habíamos tenido que interactuar, o porque me había recomendado para tomar alguna defensa», aclaró.
En cuanto a su paso por la Universidad San Sebastián (USS), el fiscal nacional dijo que «yo he sido durante más de 20 años profesor de postgrado e incluso pregrado en la Universidad Alberto Hurtado, y mi paso por la San Sebastián duró tres meses. Los tres meses más comentados de mi vida».
En esa línea, contó que en medio de ese proceso en que se estaba doctorando -lo que coincidió con su ingreso a la fiscalía nacional-, «yo voy a hablar con él (Chadwick) para entrar a la universidad, y aunque no es él quien contrata, no cabe duda que su opinión es muy relevante para efectos de entrar a la universidad, y me hayan contratado para trabajar esos tres meses que estuve ahí, pero es producto de esa conversación que estuve ahí».
«Tengo también agradecimiento por esas gestiones que él realiza ahí, no le pedí ayuda para el cargo de fiscal nacional ni nada por el estilo, pero hay un vínculo», indicó.
Consultado por cómo actuaría si se solicita que se inhabilite en caso de que se abra una causa contra Chadwick, Valencia planteó que a la fecha nadie le ha pedido la inhabilidad, «y yo he dicho que si alguien la pidiera, o él mismo la pidiera, yo tendría en muy especial consideración el hecho de que trabajé ahí mientras él era decano, que mi señora trabaja ahí, aunque él ya no está».
«Hoy día el señor Chadwick, según o que ha manifestado la fiscal Lorena Parra, va a ser citado en calidad de imputado. Si hoy día llegara a mi oficina una petición en la cual se me pidiera que me inhabilitara por una petición que formula la defensa que formula el señor Chadwick y yo tuviera que resolverla, considerando los antecedentes, yo sí me inhabilitaría», remarcó.
No obstante, recordó que de acuerdo a la ley, tres fiscales regionales -definidos por sorteo- deben aprobar o rechazar la inhabilitación de un fiscal nacional.
REUNIÓN CON HERMOSILLA
Respecto a sus chats con Hermosilla, el fiscal nacional reconoció que sí los mantuvo, pero acotó que «si bien es cierto que en junio de 2022 yo tuve por última vez mensajes con Hermosilla, antes de que postulara a la fiscalía, después en octubre de 2022 empiezo a trabajar media jornada por tres meses en la USS, y con Andrés Chadwick había tenido conversaciones para ver si era posible entrar o no».
«Yo tuve una conversación, me junté con Hermosilla a tomar un café, y también con Andrés Chadwick, esto fue pocas semanas después de haber entrado a la fiscalía (nacional), por un tema personal», afirmó.
Valencia contextualizó que en el proceso de nombramiento como fiscal nacional «hubo una pelea en riles», que incluso lo llevó a ser víctima junto a su familia «de ataques que llegaron incluso al extremo de la crueldad, para tratar de evitar que llegara, que fuera aprobada mi designación».
«Por lo tanto, cuando yo me voy de la Universidad de San Sebastián y me nombran fiscal nacional, tuve 72 horas para ordenar mi vida (…) tuve una serie de asuntos personales que quedaron pendientes. Entre esos, la relación con abogados que yo conocía, que habían participado activamente en la promoción de otras candidaturas, a los que yo nunca recurrí, porque siempre me pareció que ser fiscal nacional no puede ser a cualquier costo, hay favores que no hay que pedir», afirmó.
En ese sentido, Valencia aseguró que «yo no pedí nunca esos favores, pero yo sí sabía que esas personas habían actuado activamente, y cuando me nombran, sabía que esas personas iban a tener preocupación de que yo, de alguna manera, pudiera ocupar el cargo para desquitarme de lo que había sufrido».
«Cuando me voy (de la USS), le dije a Andrés Chadwick, que era el decano, me despido de él, y le digo ‘dile a Hermosilla…’, que había sido su socio ‘…que las cosas pasan, los colegas quedan’. De que yo no tengo ningún antecedente que haya estado involucrado en alguna de estas prácticas sucias, en todo lo que nos había ocurrido», sostuvo.
En esa línea, afirmó que le dijo al exministro que «si algún día (Hermosilla) quería tomar un café para aclarar ese punto, yo encantado. Y me voy, a las semanas me llama (Chadwick) y me dice ‘hoy me llama Hermosilla’ y me dice que Hermosilla quiere juntarse conmigo para dar explicaciones y para resolver esas asperezas'». «Eso no es un tema que tenga que ver con causas, no queda cubierto por la ley del lobby, no tiene que ver con peticiones de causas específicas, sino que tiene que ver con un tema personal, previo a ser fiscal nacional. Y la idea era tomar desayuno en la mañana, nos juntamos, y precisamente nos juntamos para yo escuchar sus explicaciones», subrayó.(Emol T13)
